martes, noviembre 10, 2009

"Maternidad del corazón"

Recién terminaba de realizar una prueba a Tercero Medio, de esas típicas que los que las han sufrido saben de lo que se trata, y bajaba al casino con ellos, cuando se acercó Natasha (Coordinadora General) y me tomó del brazo pidiéndome con señas que la acompañara. Me dí cuenta que algo le pasaba, mas desde mi cabeza racionalista, le pedí que me esperara hasta dejar al curso dentro del casino.

Me volvió a agarrar de la manga y ahí me di cuenta que debía seguirla. Entre sollozos y lágrimas, me decía (por lo poco que podía entenderle) que no era nada grave, que estaba emocionada, que era niñita… ¡Ah! Era eso. ¡Le habían comunicado que iba a ser madre del corazón!

Sí, lo esperaba para el próximo año y de golpe y porrazo le habían avisado que sería madre de una niñita que tenía casi dos meses. Y me tocaba vivir, por primera vez en mi vida una “parición del espíritu”, de la gratuidad pura. Estaba tan emocionada, que casi no podía hablar y lo que más entendí era que tenía que quedarme callado, porque ni siquiera su familia sabía.

Mario (su esposo) la estaba esperando porque tenían que partir de inmediato a conocerla y estaban ansiosos por esta posibilidad y anhelantes del encuentro con un segundo hijo que les llegaba de la misma manera.

¡Qué increíble era ser testigo, de primera fuente, de este tipo de maternidad y paternidad! Ahora podía comprender en este Mes de María, la alegría que debe sentir la Virgen con cada hijo que recibe.

Hoy hablaba con el primer hijo, quien con cuatro años ya está esperando a su hermanita, ayudando a armarle la cunita y anhelando que llegue lo más pronto posible. Ahora hay que buscar ropa y todo lo que implica el tener un nuevo hijo en casa así sin decir agua va, pero agradecida también de poder tener un post natal que le ayudará a estar con ella durante este tiempo precioso y hermoso.

Se ha creado una hermosa cadena de ayuda y quizás le van a llegar tantas cosas que se sentirá desbordada, pero es la manifestación de lo que produce no solo la maternidad, sino la maternidad del corazón.

Nati y Mario, los admiro mucho y les doy infinitas gracias por lo vivido.

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