martes, septiembre 26, 2006

Y más sobre el Murialdo

Estimado Rafael
Agradezco tus envíos y la posibilidad de haber compartido tu nueva ruta digital, que no me extraña en tí, hombre que sabe leer los signos de los tiempos.
Fue muy emotivo leer el recuerdo de Miguel, la foto con sus "mujeres".También esa con el Murialdo de fondo, el de esos tiempos.
También que le hayas dedicado un espacio a Don Antonio y leer la participación de muchachos del 84 que conocí. Recuerdo tu efusivo saludo a ¡Quinteeeeros! , lo que nos permitió guardar las pruebas etílicas de un amable relajo una tarde en tu oficina. Quinteros todavía está impresionado por ese cariño. Claro, había que considerar que era la constante k la que podía haber golpeado la puerta.
He leído con atención tus trabajos y reflexiones sobre pedagogía y lo mundano. Cuando leo me imagino que estás allí, pues en tu redacción está tu énfasis, tu peculiar sentido del humor y me parece escucharte. Y escucho a Miguel reir, a Samuel ordenando la formación o dirigiendo "volado" su grupo de teatro, con la Natalia Carvajal y Ceballos, a José levantando la ceja por sobre sus lentes y moviendo su pié, nervioso, contando un chiste ..."sólo para hombres" ah...
El obituario, los modelos vivos, el librolibre, he disfrutado lo que has publicado. Al releer las Concepciones de Eisner entiendo otras cosas (pasan los años) que cuando nos dabas las lecturas pedagógicas, el boletín y animabas los alumnos monitores que colaboraban en Básica. ¡Cuánta inspiración había en esas estrategias!
Nos vamos poniendo viejos y veo pasar en el recuerdo al Lucho Reyes (rajándote el acta con su firma parecida a la z de Zorro), al flaco Nervi, el waleta, a Miguel y Samuel. A tí y a tus profesoras pirulas de la católica, buenas mozas ellas.
Te escucho y siento que sigues disfrutando lo que haces. Eres un hombre de fe y educador hasta los huesos.
Agradezco tu compañía de aquellos años, los buenos consejos, las oportunidades y ahora el compartir los nuevos espacios que no son más que medios, la esencia sigue ahí.
Saludos a tu familia
Un abrazo
Claudio Núñez Álvarez

Gracias Claudio por tus palabras. Hace poco conversaba con mi gran maestro Paul Siegel y le preguntaba (con mucho cariño y en forma muy académica): ¿Cómo cresta te mantienes tan bien a tus 86 años? Y María Angélica (su esposa, con la que acaban de cumplir hermosos 50 años de matrimonio) me contestó: ¡Es que le gusta lo que hace!!!

Ojalá, yo pudiese llegar a esa edad con esa claridad y por la alegría de hacer lo que me gusta: estar en la "pegajodía" o "pedagogía" como también le llaman.

¡Ah! Y para los mal pensados, vaya una aclaración: Después de algún pequeño o gran problema con nuestra constante K, nos retirábamos a mi oficina y abríamos un mueble especial. Sacábamos el tercer archivador y misteriosamente aparecía una botella del buen Whisky. En un ritual ya establecido, nos sentábamos en círculo y pasábamos el trago amargo con otro pequeño traguito servido en la tapa de la botella. Acontecido este ritual, nuevamente se guardaba el archivador con su correspondiente carga pedagógica y recuperábamos fuerzas para seguir luchando por lo que creíamos.

Cuántas veces preparamos allí nuestras "puestas en escena" con José. Para presentar tal o cual propuesta, veíamos quién estaba mejor aspectado. Comenzaba la reunión y uno planteaba la propuesta. El que tenía los bonos en ese momento comentaba que no le parecía, pero... Se seguía con la propuesta y poco a poco este último "como que se iba convenciendo", pero siempre colocando algunos reparos, hasta que se convencía totalmente y por supuesto nuestra constante K. Manejo diplomático le llaman ahora o también trabajo asertivo, o más brutamente: Manipulación.

O cuando mandábamos al Mineduc nuestras propuestas sobre "Tratamiento psicopedagógico para alumnos con dificultades" y sistemáticamente nos las rechazaban. Hasta el día en que fueron los Supervisores de la Provincial Centro a conversar con nosotros. Que sí, que no, hasta que "¡Señores, esto es lo que ha planteado la Universidad de Yale en todos sus últimos estudios!". Miguel abrió los ojos y cerró su boca. El Supervisor planteó que eso era muy interesante. Miguel abrió más los ojos y siguió en silencio. Aprobado el Proyecto en principio. Al irse, vino la pregunta: ¿De dónde sacaste esa chiva? Se me ocurrió en el momento, fue mi respuesta. En varias oportunidades tuvimos que agachar la cabeza, cuando escuchábamos a este Supervisor hablar públicamente de los estudios de la Universidad de Yale, y lo decía ¡con una propiedad!!!.

Bueno, como decía Claudio. Fueron muchas, muchas las anécdotas del Murialdo. Y en relación a las niñas de la Católica, acuérdate Claudio de Josefa Isense y su preocupación para que su práctica pedagógica no desluciera con su modelaje.

Seguimos recordando...

Rafael


2 Comentarios:

A la/s 10/31/2006 12:30 p.m., Anonymous Anónimo dijo...

Rafael,

Aunque considero que fué poco lo pude conocerle, agradezco esta ventana para poder ver en mis recuerdos y poder dar una segunda lectura a muchos eventos de mi vida en Murialdo.

Leí con mucha alegría las anécdotas educativas. Reí bastante ese ritual del archivador (creo que todos debieramos tener algún tipo de ritual).

Me gustó mucho leer a Claudio Nuñez, de quien guardo gratos recuerdos.

Es dificil describir la emoción por la noticia de Miguel, con quien no creo haber cruzado más palabras que saludos, sin embargo, tenía una energía especial. Tenía en la mirada, la transparencia que reconoces en las personas que son escencialmente buenas. Sabías que en él se podía confiar.

Ver nuevamente a Miguel me llevaron a las puertas de la dirección, donde muchas veces nos saludamos.

La noticia de Bertolone, y los relatos de él, me transportaron a esos días de escuela donde pude estar nuevamente en una de sus clases, hablando de reyes y anarquistas, de militares y rebeldes, de los hielos lejanos de Siberia (donde quería mandar a varios de nosotros), todo eso, mientras miraba fijamente a los ojos y decía: Vé Usted.

Es grato leer a Claudio, y recordar su caminar tranquilo y su sonrisa (a ratos oculta, pero con justa razón).

A tí cuando nos hablabas y, dentro de todas esas palabras, iban lecciones de vida, que no siempre pude reconocer inmediatamente.

Tengo los mejores recuerdo de Murialdo y pensar nuevamente en esos días, me entusiasma pues me doy cuenta que sigo siendo alumno, con otros profesores, con otros compañeros, con otras responsabilidades.

Siempre he sido un agradecido de haber conocido y vivido en Murialdo.

Un fraternal abrazo a todos.

Pedro Andrae Navarrete (mono)
Generación del 84

 
A la/s 4/24/2007 11:34 a.m., Anonymous Anónimo dijo...

Estimadísimo Profesor

De aquí te saluda un alumno egresado el año 86, ya siglo pasado. Que bueno es leerte y recordarte.

José Díaz
El que realizaba la oración una vez por semana en colegio y recordaba el santoral.

Un abrazo fuerte.

 

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