Más Pablo Freire
Blog de reflexión educativa, en la cual deseo comunicar aquellos aspectos relevantes de mi historia y reflexión pedagógica. Estoy convencido de que la "memoria" es crucial para seguir avanzando en la pedagogía. En mi página web "www.aportespedagogicos.cl", intentaré centrar los aportes a prácticas pedagógicas innovadoras. Es desde las prácticas concretas, donde se realizan los cambios más significativos en educación. Rafael Mascayano M.
Al poco rato encontraron unas mujeres, y una de ellas dijo:
–¡Miren qué hombres más tontos! Andan a pie, teniendo tan hermoso burro.
El campesino oyó estas palabras, y mandó a su hijo que se montara en el asno.
Después de haber andado algún tiempo, pasaron cerca de un grupo de ancianos que se mofaron de la acción del muchacho que iba montado mientras que su padre iba a pie.
El campesino entonces hizo que se desmontara el hijo, y subió él sobre el asno.
Más adelante hallaron un grupo de mujeres y de muchachos, que al verlos pasar dijeron:
–¡Qué vergüenza de padre! Muy cómodo en su asno, mientras que el muchacho va a pie, jadeante y cansado.
El padre, al oír esto, hizo que el muchacho montase al anca, y así montados los dos siguieron su camino.
Al buen campesino le parecía que había encontrado la manera de ir a gusto de todo el mundo, cuando un hombre que pasaba gritó, dirigiéndose al grupo:
–¿Cuál de los tres es el asno?
Sintióse el viejo muy mortificado con esta pregunta burlona, y el otro la explicó diciendo que era una barbaridad cargar de aquella manera a un animal tan pequeño y débil, y les hizo ver al padre y al hijo lo cansado que el asno estaba.
–Mejor sería que le llevaseis cargado hasta el pueblo próximo, para evitar que se muera en el camino.
El campesino creyó razonable este comentario, y entre él y su hijo buscaron un fuerte palo, ataron el asno a él, y tomando en hombros una extremidad el padre, y otra el hijo, fueron trabajosamente cargados con la bestia con dirección al pueblo.
Pero entonces se fue reuniendo alrededor de ellos como una procesión de gentes que se burlaban de las personas llevando a cuestas un burro.
–¡El mundo al revés!–gritaban en tono de mofa.
Por fin, al pasar por un puente, hizo un esfuerzo el burro para recobrar su libertad, asustado por tanto alboroto, y cayó al agua y se ahogó.
Por querer complacer a todo el mundo, perdió el pobre campesino su asno."
No recuerdo bien, si este cuento estaba en alguna de esa lecturas que leíamos en los texto FTD del colegio, o algún Hermano Marista nos la relató en más de alguna oportunidad. Lo cierto es que se me quedó profundamente grabada y me habla de que el "depender" de los comentarios de los demás, nos puede llevar no solo al asno sino a nosotros mismos al despeñadero.
Los comentarios de los que nos rodean "son importantes", nos ayudan a ver qué pasa con nuestras acciones, mas el centro de nuestras opciones está en nuestra capacidad de decidir en libertad. Una conciencia esclarecida, no impulsiva, no sujeta a la ignorancia y a la mera opinología, pero conciencia al fin y al cabo. Una capacidad de mirarse, de mirar, de escuchar, de optar y de reflexionar sobre si dicha opción fue la más acertada o no. Si no lo fue, tener la humildad de corregir, pero sin responsabilizar a otros sino a uno mismo de la decisión asumida.
Es muy normal hoy en día, el buscar recibir premios por lo que sea, el aplauso barato por cosas insignificantes realizadas, y si eso no está viene la depresión y el desgano: ¿Para qué lo voy a hacer si nadie me va a premiar?
¿Pero por qué te tienen que premiar por lo que legítimamente tienes que realizar? Una cosa es el "reconocer el trabajo realizado" y otra la búsqueda enfermiza por el "que nos reconozcan por cualquier cosa, cuando incluso era responsabilidad mía el haberla hecho". Pasamos de una práctica de "es tu deber" al otro extremo de "si no me reconocen no lo hago".
¿No les ha pasado a ustedes que muchas veces hay personas que te felicitan por una actividad y al poco andar te andan criticando a tus espaldas por lo mal de la misma?
Cuando me preguntan ¿cómo te fue con la conversación con tal o cual apoderado o profesor?, mi respuesta ya es: ¡me fue!. En más de alguna oportunidad me quedé feliz por los comentarios de ellos, en cuanto a cómo les había ayudado a tener las cosas más claras. Al poco andar llegaba alguien a decirme con cara de preocupado(a): ¿Qué pasó? Me comentaron estos papás que les habías dicho cosas que les habían molestado. ¡Exijo una explicación!!! Por eso, es que ahora solo digo: ¡No sé cómo me fue! ¡Que ellos digan qué sacaron en limpio! Por mi parte creo que hice todo lo que correspondía hacer y que me había preparado en conciencia para ello.
En nuestros alumnos también ha entrado esta cultura de "hay que felicitarlos por cualquier logro", y esto es en sí mismo algo pernicioso ya que los acostumbramos a que "funcionen por la zanahoria", no por lo que realmente están aprendiendo, por el real gozo del aprender y del fracaso en el aprender. Sí, muchas veces nuestra educación se centra en el "happy end", y no nos damos cuenta que en ciencia, arte, letras, hay muchos intentos "fracasados" para finalmente obtener logros concretos.
Ayer en la tarde escuchaba en un programa la trayectoria del grupo "La Noche", que realmente desconocía y que nada sabía de su existencia. Uno de ellos relataba su experiencia de esfuerzo, de cómo ensayaba día a día espués de su trabajo en el campo. Su señora todos los días le decía que dejara eso, ya que no tenía ninguna esperanza y él perseveró hasta que logró ingresar a este grupo y ahora son ampliamente reconocidos. La mayoría de los logros, vienen de la superación de muchos obstáculos y en momentos que nadie te felicita por ellos. ¿Qué hubiese pasado si se hunise retirado porque nadie lo premiaba?
¿Reconocer procesos o felicitar procesos?
Para un próximo comentario.
Hoy, chateando con mi hija Fabiola, surgió una conversación muy interesante y que me parece bueno compartir. A esta edad ya mis hijos me confrontan y de esas conversaciones surgen nuevas y profundos pensamientos.
El estudio no ocupa espacio, dicen por ahí y sobre todo si es para seguir actualizándose en las nuevas tecnologías de información.
Pido disculpas por no haber escrito en este blog en las últimas semanas. He estado ocupado en el blog de mi curso http://cosecha1967iae.blogspot.com , ya que estamos cumpliendo 40 años de nuestro egreso del Instituto Alonso de Ercilla y ha sido una experiencia muy hermosa.
Hay tanto que recordar y agradecer de la Sede de Villarrica de la PUC. Llegué allí por una invitación de Fernando Burrows, hace ya muchos años. Habíamos trabajado juntos en el Departamento de Curriculum y Evaluación de la Facultad de Educación de la PUC en Santiago.
Nuevamente algo me unía a mi maestro Paul Siegel, él ya no podía seguir viajando a Villarrica y ahí estaba yo para reemplazarlo. Los que conocen a Fernando saben que cuando uno va a trabajar, ¡va a trabajar! No conocía Villarrica y lo único que anhelaba era conocer el Lago, pasear por él. Mas desde que me bajé del bus, lo único que pude hacer fue bañarme, tomar desayuno y reuniones… Al segundo día me paré y dije: Me van a disculpar pero con lluvia y todo, me voy a ir a dar una vuelta por el Lago. Lo gocé, llovía intensamente, pero para mi veta melancólica y poética fue lo máximo. Cierto que el Villarrica de hace 25 años de atrás era más rústico y más natural.
Aunque sí hay que decirlo: el 2001 estaba recién comenzando y ha seguido por todos estos años con su café cortado, Küchens, y...
Durante todos estos años se ha conformado un equipo realmente increíble, un equipo con el cual hemos creado muchas cosas, sobre todo una gran relación de amistad y trabajo.
¡Cómo no recordar a uno que nos marcó profundamente: Jaime Vergés! Él era el gran relator de todos los chascarros, anécdotas y situaciones vividas en el grupo; él fue el inicial creador de nuestro "grosario", que agrupa distintas frases (a veces un poco subidas de tono) que hacen referencia a un lenguaje sólo conocido por nosotros.
A modo de ejemplo, les entregaré dos que se pueden comentar sin problemas. Consultaré con la comisión de ética de nuestro equipo, si más adelante puedo dar a conocer alguna otra:
¡Tengo la trompa llena de copuchas...!!!!
Reconocimiento abierto de la necesidad de compartir información “sabrosa y relativamente reservada” sobre aspectos desconocidos de la vida de personas, grupos o instituciones. Sinónimo de “copucha” es “pelambre”. Deporte practicado en forma sistemática por damas y varones.
Y aquí va otra, de las que se pueden mostrar:
¡Vamos a reconciliarnos con la vida!!!
Sugerencia de carácter espiritual religioso que honra a nuestro Padre Paul, y que se refiere a la necesidad de realizar sacrificios periódicos y abundantes de sentido místico – profanos. En síntesis: ritos expiatorios en que se combinan libremente corderos, salmones del Pacífico y filetes sin cebolla, regados por la misericordia de nuestros más connotados santos y santas: Santa Digna, Santa Carolina, Santa Rita, Santa Emiliana, Don Pedro (Mostos de calidad). Todo lo anterior bajo la protección de San Sebastián.
Por ello, basta con que alguno diga ¡Vamos a reconciliarnos con la vida!, para que todos sepamos de inmediato qué significa y el mandato correspondiente que conlleva esta invitación.
En esos años pasábamos semanas en Villarrica con los profesores del Post título Rural. No sólo hacíamos clases, sino que durante las comidas y también después de la cena, teníamos largas conversaciones con los profesores ayudándolos en sus realidades personales. Muchos de ellos, vivían gran parte del año aislados en sus Escuelas, por lo cual el compartir era no sólo importante sino una necesidad. Muchas veces bajaban al pueblo más cercano, una vez al mes. No se hablaba sólo de pedagogía, también de sus hijos, de sus problemas matrimoniales y de cómo salir adelante como personas.
¡Cuánto aprendíamos de ellos! A la vez nos sentíamos tremendamente agradecidos de su confianza y cariño. ¡Ahí sí éramos educadores! Sentir que uno tiene tan poco que dar y eso para otra persona era muy importante, por lo que no cabía otra cosa que estar hasta tarde con ellos y después seguir preparando las clases del día siguiente.
Bueno, seguiremos en la próxima con Villarrica...
He estado leyendo un texto muy interesante sobre los valores,"Desarrollo de los valores en las instituciones educativas", de Itziar Elexpuru y Concepción Medrano (ya se imaginarán de dónde son...). Uno de los aspectos centrales, de lo que he leído, es la importancia de la "vivencia" de ellos en primer lugar por los docentes, mas que tenerlos como parte de un contenido actitudinal específico.
Después de un tiempo hermoso y de algunos tragos amargos en el Cía de María de Seminario, llegué invitado por Germán Aburto al Notre Dame.
Me han retado bastante por no actualizar a tiempo mi blog, mas aquí va algo más.
Cada final de año nuestros colegios, están llenos de actividades y tareas y por eso, hace casi un mes que ni siquiera había visto mi Blog.
Hace ya una gran cantidad de años, en la época en que uno podía repasar algunas materias durante el verano para así dar nuevamente exámenes en marzo, tuve la oportunidad de asistir regularmente donde mi abuela.