viernes, noviembre 30, 2018

¡Gracias Érika Himmel porque entendiste mi pensamiento divergente y no te quedaste con una respuesta convergente!!!!


Corrían los años 70 y caminando por los patios del Campus Oriente, me encontré con Érika Himmel. Ella, con el encanto que tenía, me dijo: Rafael ¿cuándo te vas a inscribir en el Magister? Es de notar, que hacía muy pocos años que la Escuela de Educación (hoy Facultad) había comenzado a entregar este post grado y obviamente todo profesor de la Escuela era conveniente que lo hiciera.

Y mi respuesta fue… Érika, ya me voy a inscribir. Y así, en varias oportunidades me volvía a preguntar lo mismo y la respuesta era... la misma, hasta que un día la vi venir y antes que me dijese algo, le dije: Érika, mañana me inscribo. Y ella muy sonriente me contestó: no te preocupes porque ya te inscribí.

Bueno, ante esa situación no me quedó otra que comenzar a prepararme para los exámenes correspondientes: Filosofía, Metodología de la Investigación e Inglés.

A ver, con Filosofía no había problemas porque era profesor de Filosofía; con inglés sí, pero había que buscar alguna salida; y con Metodología había que estudiar algo porque era muy poco lo que sabía y la idea era ver mis conocimientos para posteriormente ubicarme en el nivel correspondiente.

Para inglés le pedí ayuda a la tía Carmen, mamá de una amiga, quien aceptó encantada. La única condición que tenía era que desde la llegada tenía que hablar en inglés, ninguna palabra en castellano. Me preguntaba por mi señora, por mi hija (en ese momento tenía solo una), y todo en inglés. Sudaba…

Cuando di el examen de Filosofía, la primera pregunta era sobre el “acto y la potencia”. Miré a mis compañeros y me dije: no puedo contestar lo mismo, ya que ellos no saben filosofía, por lo que me largué con una gran ensayo sobre que el concepto griego de “acto” era “energegia”, por lo cual debía entenderse más como “actuación”, “accionar” o algún concepto que expresara el movimiento y no una idea estática de la realidad. Y así, con mi pensamiento divergente, propio también de mi Déficit Atencional con Hiperactividad, seguí con el resto de las preguntas.

Días después me encontré con Érika, quien me dijo: Tengo los resultados de tu examen. ¿Y cuáles son?, le pregunté. En Inglés, pasaste sin problemas; en Metodología quedarás en nivel 3 y en Filosofía… ¿qué pasó? porque estás reprobado. Le conté lo que había hecho. Me miró, sonrió y me dijo: bien, eres tú, y como eres profesor de Filosofía, lo dejaremos de lado, así que estás admitido en el Magíster (En Educación con mención en Curriculum).

Una mujer sabia y que miraba más allá de las situaciones del momento.

Cerrando ciclos vitales e intelectuales
Hace poco y en un Seminario sobre Aristóteles en la Facultad de Filosofía en la PUC, posterior a la presentación de la Profesora Elisabetta Cattanei, el profesor Marcelo Boeri le dijo: profesora disculpe si lo que le manifiesto es una ingenuidad o algo errado, y continuó solicitando su concepción sobre un concepto aristotélico complejo. La profesora la miró y le manifestó que en ningún caso la pregunta era ingenua y respondió con gran profusión y conocimiento.

A la salida, al ir al café, esperé al profesor Boeri y le dije: profesor, quisiera aprovecharme de sus palabras frente a la profesora Cattanei y hacerle una pregunta que hace un buen tiempo tengo, y puede que sea “ingenua o incorrecta”, ¿es la traducción correcta el concepto “acto”?. No, me contestó, hace ya una cantidad de tiempo que los estudiosos de Aristóteles traducen más como “acción”, “accionar”, “actividad”, porque para Aristóteles…

¡Gracias Érika Himmel porque entendiste mi pensamiento divergente y no te quedaste con una respuesta convergente!!!!