martes, marzo 29, 2011

Simce de inglés, ¿para qué si se sabían de antemano sus resultados?

La semana pasada se dieron a conocer los resultados del SIMCE de Inglés que se tomaron en noviembre del año pasado.


Con gran estupor, se plantea que los resultados son muy decidores dado que los colegios municipalizados y subvencionados lograron pobres resultados. ¿Y qué se esperaba? Que con dos horas semanales desde Quinto Básico y con profesores con muy poca o nula formación en el idioma, ¿se lograran maravillas?


Se destaca así mismo la gran diferencia con los colegios particulares pagados, quienes logran copar los cien primeros lugares del rating en los resultados. Mas miremos los colegios que están en primera línea, colegios bilingües que llevan años no solo con más horas de clases de inglés sino que la gran mayoría de las asignaturas son impartidas en ese idioma. Y a lo anterior se agrega, el que muchos de ellos tienen profesores contratados que son “nativos” y algunos colegios los “importan” directamente de EEUU o Inglaterra.


Otros colegios no son bilingües, mas tienen una enseñanza intensiva del idioma inglés desde Jardín Infantil hasta Cuarto Medio, y en la selección de alumnos nuevos este examen es decisivo para incorporarse o no a dicho establecimiento.


Sabemos que en Chile hay un déficit considerable de profesores para impartir este sector de aprendizaje, sabemos que los sueldos de un “buen profesor(a)” se dispara en relación a otros y que los colegios con mayores ingresos, los capturan con mayor facilidad. ¿Qué queda para los colegios municipalizados o subvencionados? Obviamente aquellos que tienen menor expertiz o dominio de este idioma.


Por lo tanto, si se sabía de antemano esta situación, no logro entender aun el por qué se realizó este examen a todos los colegios de Chile y no se buscó otra forma para detectar el problema. ¿Es que se quería enrostrarle a los colegios que atienden a los alumnos de menores ingresos lo mal que estaban? ¿Se esperaba que se dieran cuenta de lo que ya se sabía?


Realmente me parece cruel la forma de enfrentar esta situación y solo se entendería a la luz de las otras noticias que han salido en estos días: El informe del panel de expertos, los Resultados del SIMCE de Inglés y los resultados de la Evaluación Docente. ¿Por qué se entregan estos datos casi al mismo tiempo? ¿Qué hay tras de ello? No deja de ser interesante, el que hay de fondo una gran preocupación por la mala gestión de los municipios para lograr buenos resultados académicos en sus alumnos; la alta tasa de deserción de los colegios municipalizados hacia los establecimientos subvencionados; la propuesta de generar agencias que asuman la gestión pedagógica de estas Escuelas municipales; el traspasar de la gestión pública a la privada esta gestión escolar; etcétera.


Si miramos los avances que Chile ha tenido en el TIMMS y otras pruebas internacionales, revelan que se ha avanzado progresivamente, pero un dato curioso… el mayor alza ha estado en el sector municipalizado y particular subvencionado, estancándose en los particulares pagados. Como decía un alto personero político, en tono irónico ¿querrá decir entonces que sería bueno cerrar los colegios P.P., ya que estos no nos ayudan a mejorar los puntajes de crecimiento? Creo que estamos entrando en un terreno peligroso con esta vorágine de resultados, ya que la preocupación comienza a ser la batalla por los resultados y por estar en el ranking de “los mejores cien”. ¿Qué es ser mejor? ¿Seleccionar a los alumnos de tal forma de mantenerse en este selecto grupo de los cien de la PSU, del SIMCE de Lenguaje, del SIMCE de Matemáticas, del SIMCE de Ciencias (aunque a este se le da menos importancia), del SIMCE de Inglés, del SIMCE de Ed. Física? ¿Y cuándo nos preocupamos del aprender a convivir, a ser felices, a expresarse artísticamente, a ser solidarios, etcétera? ¿O para ello, también tendremos que esperar un SIMCE adecuado?


Me niego a entrar en esta batalla o vivir respondiendo a resultados. Cuando recibimos los puntajes de la PSU de nuestro primer Cuarto Medio, al principio llegaron mails porque no habíamos tenido ningún puntaje nacional, después los correos felicitando por los resultados y alegando el por qué no mandábamos una circular por los logros obtenidos. Nuestra respuesta se hizo esperar, queríamos acompañar a cada uno de ellos para su ingreso a la universidad, y solo cuando ya estaban matriculados en lo que cada uno quería, agradecimos en forma sencilla y nos congratulamos del proceso realizado por cada uno de nuestros ya ex alumnos, y sobre todo por la calidad humana y espiritual que veíamos en cada uno de ellos y que los resultados de la PSU no daban cuenta.


No sé si dejamos contentos a algunos papás que querían mayor parafernalia, pero otros sí que agradecieron más que los resultados, el acompañmiento que se la había brindado a cada uno. No es nuestro empeño el exitismo, y sabemos que iremos contra corriente, mas estamos seguros que podremos compatibilizar logros con inclusión, resultados a corto y a largo plazo… de esos que no se ven de inmediato en un puntaje en determinado momento pero que sí maduran con el tiempo. Compatibilizar un trabajo serio y sistemático por la excelencia, en todo sentido, con acompañar a los que tienen más dificultades, aunque nos bajen los puntajes.


Sabemos que para lograr esto, se requiere invertir en la formación continua de los profesores y afortunadamente tenemos esa posibilidad, mas si queremos logros con todas las escuelas y Liceos de nuestro país, antes de llenarnos de mediciones, o junto con ellas, invirtamos en serio en la formación de nuestros educadores.


Ya en 1917, Darío Salas, gran educador y promotor de la Ley de Enseñanza Obligatoria, planteaba esta gran necesidad e impacto que tenía un buen maestro en la educación de los niños y niñas. Pasa el tiempo y da la sensación que sus palabras escritas en ese libro del “Problema Nacional”, aun siguen resonando en nuestra patria. Es aun una deuda pendiente…