sábado, octubre 13, 2007

Sede Villarrica de la PUC

Hay tanto que recordar y agradecer de la Sede de Villarrica de la PUC. Llegué allí por una invitación de Fernando Burrows, hace ya muchos años. Habíamos trabajado juntos en el Departamento de Curriculum y Evaluación de la Facultad de Educación de la PUC en Santiago.

Nuevamente algo me unía a mi maestro Paul Siegel, él ya no podía seguir viajando a Villarrica y ahí estaba yo para reemplazarlo. Los que conocen a Fernando saben que cuando uno va a trabajar, ¡va a trabajar! No conocía Villarrica y lo único que anhelaba era conocer el Lago, pasear por él. Mas desde que me bajé del bus, lo único que pude hacer fue bañarme, tomar desayuno y reuniones… Al segundo día me paré y dije: Me van a disculpar pero con lluvia y todo, me voy a ir a dar una vuelta por el Lago. Lo gocé, llovía intensamente, pero para mi veta melancólica y poética fue lo máximo. Cierto que el Villarrica de hace 25 años de atrás era más rústico y más natural.

Aunque sí hay que decirlo: el 2001 estaba recién comenzando y ha seguido por todos estos años con su café cortado, Küchens, y...

Durante todos estos años se ha conformado un equipo realmente increíble, un equipo con el cual hemos creado muchas cosas, sobre todo una gran relación de amistad y trabajo.

¡Cómo no recordar a uno que nos marcó profundamente: Jaime Vergés! Él era el gran relator de todos los chascarros, anécdotas y situaciones vividas en el grupo; él fue el inicial creador de nuestro "grosario", que agrupa distintas frases (a veces un poco subidas de tono) que hacen referencia a un lenguaje sólo conocido por nosotros.

A modo de ejemplo, les entregaré dos que se pueden comentar sin problemas. Consultaré con la comisión de ética de nuestro equipo, si más adelante puedo dar a conocer alguna otra:

¡Tengo la trompa llena de copuchas...!!!!

Reconocimiento abierto de la necesidad de compartir información “sabrosa y relativamente reservada” sobre aspectos desconocidos de la vida de personas, grupos o instituciones. Sinónimo de “copucha” es “pelambre”. Deporte practicado en forma sistemática por damas y varones.

Y aquí va otra, de las que se pueden mostrar:

¡Vamos a reconciliarnos con la vida!!!

Sugerencia de carácter espiritual religioso que honra a nuestro Padre Paul, y que se refiere a la necesidad de realizar sacrificios periódicos y abundantes de sentido místico – profanos. En síntesis: ritos expiatorios en que se combinan libremente corderos, salmones del Pacífico y filetes sin cebolla, regados por la misericordia de nuestros más connotados santos y santas: Santa Digna, Santa Carolina, Santa Rita, Santa Emiliana, Don Pedro (Mostos de calidad). Todo lo anterior bajo la protección de San Sebastián.

Por ello, basta con que alguno diga ¡Vamos a reconciliarnos con la vida!, para que todos sepamos de inmediato qué significa y el mandato correspondiente que conlleva esta invitación.

En esos años pasábamos semanas en Villarrica con los profesores del Post título Rural. No sólo hacíamos clases, sino que durante las comidas y también después de la cena, teníamos largas conversaciones con los profesores ayudándolos en sus realidades personales. Muchos de ellos, vivían gran parte del año aislados en sus Escuelas, por lo cual el compartir era no sólo importante sino una necesidad. Muchas veces bajaban al pueblo más cercano, una vez al mes. No se hablaba sólo de pedagogía, también de sus hijos, de sus problemas matrimoniales y de cómo salir adelante como personas.

¡Cuánto aprendíamos de ellos! A la vez nos sentíamos tremendamente agradecidos de su confianza y cariño. ¡Ahí sí éramos educadores! Sentir que uno tiene tan poco que dar y eso para otra persona era muy importante, por lo que no cabía otra cosa que estar hasta tarde con ellos y después seguir preparando las clases del día siguiente.

Bueno, seguiremos en la próxima con Villarrica...

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal