domingo, septiembre 03, 2006

El paso por el Murialdo 1

Como comentaba cuando comencé a escribir sobre Antonio, al llegar al Murialdo nos encontramos con un ambiente complejo. Muchos recordarán aquella línea divisoria que colocó el Reverendo P. C. (sólo iniciales), para que los de Básica no pasaran a la Media. Aunque de verdad, estaba “demarcando” su territorio, que sentía invadido por este equipo que llegaba a darle nuevos rumbos al colegio. Más aun, cuando ya en esos ciclos había comenzado el proceso de incorporar niñas y había que cuidarlas de los mayores: cursos de puros hombres.

Con el tiempo, se comprenden mejor las cosas y se ve el legítimo anhelo de cuidar lo que uno cree que es lo mejor para la institución.

Otro de los hechos que he comentado en muchas de mis clases con profesores, fue el de una de las primeras reuniones con todos los profesores: los muyyyy antiguos, los que estaban hacía poco y los recién llegados. Me tocaba explicar los aspectos fundamentales del Reglamento de Evaluación. Con Miguel habíamos preparado todo para dar la mejor impresión. Estaba en lo mejor de la explicación, cuando vino una pregunta para la cual no nos habíamos preparado: “Bueno, en concreto, ¿vamos a aplicar el 2038 o el 2088?”; “No, de verdad que no sé a qué te refieres…”; “No te preocupes…, no importa…”; “¡Ah! ¿Será el de Evaluación formativa?”; “No. no importa…”. ¡¡¡Craso error!, ¡No me sabía el número de los Decretos!

Al pasar el tiempo, me di cuenta que no se manejaba mucho el contenido de ellos, mas había cometido un pecado mortal dentro del gremio: ¡no saberme los números de los Decretos! Desde ese día nos propusimos con Miguel que no sólo debíamos manejar lo que decían, sino también su número.

¿Sabían ustedes que la famosa Ley de la JEC, es la N° 19979? Que la LOCE, ¿es la Ley N° 18962? No importa si aun la gran mayoría no tiene idea de su contenido, lo que ahora importa es que a diferencia del número conocemos la sigla: LOCE, JEC, etc.

Otro hecho relevante de esos tiempos, fue la nueva corbata de los alumnos. Muchos Murialdinos no tienen idea de cómo se gestó la corbata, signo hoy del colegio. Buscando el darle identidad al colegio, Miguel descubrió que una cosa que les molestaba era la corbata que tenían. ¡Por ese lado había una pista! Conversamos con José (nuestra constante “K”) y nos dimos a la tarea de crear las condiciones para una estrategia, que después usamos muchas veces: hacer que naciese de ellos. El Presidente de esa época Sr. Martínez, podría ayudar con variedades de estilos de telas escocesas y también con el apoyo para confeccionarlas. Todo estaba ya en línea y comenzó la tarea de sugerir… que quizás se podría cambiar la corbata. A los pocos días ya la idea no era nuestra, era de ellos. El Sr. Martínez, incorporado a esta estrategia, le sugirió a algunos chiquillos que el Centro de Padres los podría apoyar. Así se comenzó a generar un movimiento para realizar este cambio y ahí vino la segunda parte: nos negamos a la idea.

Ahora tenían que pelear por su idea, luchar por conquistar algo que les daría identidad, y así sucedió. Se generaron conversaciones, se unieron muchos alumnos, buscaron apoyo en profesores y en los papás.

No quedó más remedio que aceptar la idea, pero con una condición: que si la corbata nueva no se asumía por la mayoría, quedaba en nada. Hoy es parte de la realidad del Murialdo.

Miguel, ¡son tantos los recuerdos!

¡Ah!, los que se estén preguntado ¿qué es la constante K?, pregúntenle a Samuel, a Claudio, a Waldo, o también a algunos que aun están por esos lares…

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